domingo, 24 de abril de 2016

AUSENCIA DE UN PADRE



El abandono de un hijo es quizás una de las acciones más cobardes que una persona puede hacer en su vida, pues renuncia de la más grande responsabilidad de manera consciente o inconsciente, el abandono se puede ver, ya sea, en la separación de un matrimonio, en aquellos hombres o mujeres que deciden dejar todo por una persona que no tiene que ver nada con los hijos.
También suele pasar en aquellos hombres que se enteran en la etapa de noviazgo que su pareja está esperando un hijo. Sin saber todo el daño que esto va a causar en un futuro para ese niño/a.

CONSECUENCIAS

Las consecuencias que puede traer eventualmente son las siguientes:

Sentimientos de abandono: Cuando los padres viven separados de sus hijos, es posible que se pierdan de muchas formas diferentes. Los niños no son capaces de compartir con ellos lo que es importante. Otros niños comienzan a culparse a sí mismos por el divorcio de sus padres.

Conducta desviada: La ausencia de los padres también puede llevar a los niños a la conducta antisocial y la rebelión. Los niños que no tienen una fuerte relación con sus padres pueden ser más propensos a exhibir el consumo de drogas, la violencia y otros hábitos de conducta delictiva

Rendimiento académico: Los niños con padres ausentes tienen menos probabilidades de lograr un alto rendimiento académico. Estos niños pueden comenzar a sentirse deprimidos por su vida personal y, en consecuencia, dejan de preocuparse por lo bien que les va en la escuela. Los padres no están en casa para ayudar a un niño con dificultades en una clase que está tomando.

Relaciones sociales: Muchos niños que crecen sin padres tienen dificultades para mantener relaciones sociales. Esto es en gran parte debido a no tener un ejemplo sano delante de ellos.

  ¿Cómo superar el abandono de un padre?


  1. Lo primero que deberíamos hacer es “entender” comprender que no supo ejercer ese rol de padre.
  2. Ayuda profesional.
  3. El abandono puede tomarse como una condición a superar o como un hecho devastador que justifique sufrimiento y vacío existencial, eso lo decide la persona que fue abandonada. Hay personas que dicen “sí a la vida, a pesar de todo” y hay quienes deciden decir “no, a pesar de tener muchas otras cosas buenas a favor”. Es una decisión personal sobre la cual, sin embargo hay que hacerse cargo.

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